El corcho es un tejido vegetal -la corteza- formado por células muertas que protege las partes vivas del tronco y ramas del alcornoque. Este árbol -Quercus suber L.-, forma los bosques de alcornoques o alcornocales, que únicamente se encuentran en la zona de influencia mediterránea, siendo España y Portugal los mayores productores de corcho del mundo. Aunque sin ir tan lejos, cerca de la mesa de Tejina podemos encontrar una pequeña representación (28º31’52’’N,16º20’98’’W). El corcho tradicionalmente se ha utilizado para tapones de botellas de vino.
Recientemente hemos sabido que sólo el 70% de las botellas de vino se ‘descorchan’. Al resto se le retira un pseudo sustituto del corcho, un tapón sintético, o también un tapón de rosca de aluminio. Esta es una mala noticia para el medio ambiente. Estos materiales sintéticos que tratan de ser alternativas al corcho, pero que siguen sin alcanzar sus propiedades técnicas, producen impactos ambientales tanto en su fabricación y eliminación, y por contra la correcta explotación del alcornocal, produce considerables beneficios a la fauna y flora que allí habitan y al desarrollo rural del entorno. El uso del corcho como tapones mantiene el interés –económico- en la conservación de las 2,2 millones de hectáreas de alcornocal del planeta –más de la mitad en la península Ibérica-. Además, sus potenciales alternativas son más contaminantes: se estima que la fabricación del tapón de plástico supone una media de unas seis veces más emisiones de CO2 que el corcho y el de rosca de aluminio de unas 15 veces más. Esta actitud creciente en el sector vitivinícola –también en el de Canarias-, de sustituir el material natural por uno más contaminante y además no reciclable, no parece ser una buena política de futuro, ya que la tendencia del resto de los sectores y de la sociedad es la de mantener actitudes pro-conservadoras.
Falsos mitos: ¿Y el precio? Normalmente, se tiene la idea de que un producto artesanal y de alta calidad como el tapón de corcho natural, debe ser más caro que uno producido de manera sintética, sin embargo, en nuestro caso no es así. Existen tapones de corcho natural de buena calidad, que compiten también en precio, con los tapones sintéticos. Como referencia podemos indicar que los tapones colmatados de la Sierra de Espadan (Castellón), cuestan alrededor de 0,04 €/ tapón, al igual que los tapones sintéticos más baratos.
¿Y los perjuicios que produce el TCA?. Para tratar esta cuestión, hay que tener en cuenta, por una parte, que la contaminación por TCA es en gran medida evitable: con tratamientos culturales durante la cosecha del corcho, como la eliminación de las partes inferiores de las panas de corcho que están en contacto con el suelo y la utilización de fitosanitarios adecuados, con la correcta desinfección de los espacios donde se almacena el corcho y de los tapones en sí. Y por otra parte, hay que ser conscientes de que el corcho no es el único material que puede trasmitir ese defecto, así por ejemplo el agua corriente clorada suministrada por la red municipal y las maderas tratadas con biocidas, de las estructuras de las bodegas o de los palés pueden trasmitírselo a las barricas y de ahí al vino. Por lo que, un vino tapado con tapón sintético puede también tener fallos derivados del TCA, si no se han tenido los cuidados adecuados en el almacenaje y transporte de los tapones.
Además, el corcho, como producto forestal, puede certificarse con un sello que garantiza que dicha materia prima proviene de un bosque gestionado sustentablemente. El sello forestal con mayor repercusión internacional es el FSC –utilizado, entre otras, por Ikea-. Éste atestigua el mantenimiento y mejora de los suelos y la calidad del agua, la biodiversidad, las funciones productivas, la vitalidad y la perdurabilidad de los bosques como sumideros de CO2, así como las funciones sociales y económicas para un adecuado desarrollo rural de las poblaciones que explotan dichos sistemas agroforestales. Así en 2008, la empresa Espadan Corks fue la primera empresa corchera española en obtener la certificación FSC.
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